Categories: Educación

by Diana

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Categories: EducaciónPublished On: junio 26th, 2023

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Una Nueva Educación

LA EDUCACIÓN EN EL PASADO Y EN EL PRESENTE.

La educación convencional en la que hemos sido “educados” no ha sido una verdadera educación en sentido propio, sino simplemente una “instrucción”. Mediante la instrucción se informa, se transmiten conocimientos, mientras que con la educación “se forma”. La educación sirve para despertar y desarrollar las facultades humanas, que viven en nuestro interior.

Esto es lo que significa la palabra educación (de educere = extraer, extraer desde el interior, sacar desde dentro). La verdadera educación “trata de sacar al niño y al joven” de sus limitaciones, para que pueda expresar todo su potencial interno. Mientras que la instrucción y la enseñanza vienen de fuera, la educación surge desde dentro. Por tanto, lo que hemos tenido hasta ahora no ha sido una verdadera educación, sino sólo instrucción.

Dar información a un niño y transmitirle conocimientos no es “educarle”. Un sabio de la India decía: “La verdadera educación nunca puede ser inculcada de afuera hacia adentro, sino que debe ayudarse a que fluya desde dentro del niño hacia fuera, desde la propia sabiduría interior”. Por eso, la educación se dirige a la formación de la personalidad, al desarrollo de todas las potencialidades del ser humano. “Mientras que la instrucción nos hace eruditos, la educación nos hace personas”.

Educaih - Una Nueva Educación

El problema de la educación es el más urgente que enfrenta hoy la humanidad. Nuestro futuro está en manos de los niños y jóvenes sentados ahora en las aulas de la escuela. Y los actuales sistemas educativos, ya no sirven, están desfasados, son anacrónicos. Se crearon en el pasado, en una época distinta, para responder a retos diferentes. Y sin embargo, en la vida del ser humano, nada hay más importante, salvo la propia vida, que la educación, porque de ella depende su futuro. Nada condiciona más la vida del ser humano que la educación recibida en su niñez y su adolescencia.

Por otra parte, si la aspiración común más elevada del ser humano es ser feliz, ¿no debería la educación contemplarla? ¿Hemos oído hablar de felicidad y de amor en las aulas de secundaria, o en la universidad? En nuestra obsesión por “instruir o transmitir conocimientos” hemos olvidado las inquietudes más profundas de la condición humana. En nombre del progreso, hemos priorizado hasta el extremo la capacidad productiva de los individuos y su rentabilidad física e intelectual.

Hemos olvidado que el propósito más elevado de la función del conocimiento es el bienestar humano, la felicidad. En la actualidad estamos educando para sobrevivir, más que para vivir. La triste realidad es que el modelo educativo, salvo algunas excepciones, está inmerso y sirve a los valores dominantes de nuestro tiempo. En nuestro sistema de pensamiento único y uniformador, el tema económico está determinando casi totalmente los contenidos en nuestros sistemas educativos. Se nos educa para ser buenos ciudadanos, pero sobre todo para ganarnos la vida, ser buenos profesionales y colaborar es que todo siga funcionando como hasta ahora….

¿Cuál es la conclusión? Que la educación ha sido y es parte del problema. La educación está “orientada hacia el mercado”, cuando su objetivo en realidad debería ser formar seres humanos íntegros, responsables y que además sean buenos profesionales capaces de crear cambios sociales positivos, a través de su ejercicio profesional en cualquier esfera de actividad.

Educaih - Seres Humanos Integros

Retos Futuros

Los seres humanos tenemos el poder de crear de forma colectiva y consciente una nueva sociedad. Si necesitamos hacer un cambio profundo en la sociedad, no podemos hacer un cambio superficial en la educación. Hay que rediseñar qué se aprende, cómo se enseña y con qué propósito; cómo se relacionan unos conocimientos con otros, así como las cuestiones éticas y los valores que se asocian al manejo y aplicación del conocimiento.

El mayor reto que tiene la educación en los próximos años es contribuir a crear un futuro sostenible para la humanidad y para el planeta. Hemos de crear un mundo seguro, en paz, sin violencia, sin miseria, sin injusticias sociales. Hemos de comprender la unidad y la interdependencia total de la vida en el planeta y con el planeta.

Hemos de crear una nueva sociedad, que supere los problemas que vivimos actualmente, y que reinvente nuevas formas de gestionar la economía, la política, la salud, las relaciones humanas, que nos acerque a la naturaleza, a vivir con ella y no a expensas de ella. Hemos de reinventar una nueva forma de prosperidad, que se base en una vida más sencilla, en la cooperación y en la inclusión de todos. Y hemos de preparar a las personas para ser capaces de hacer eso.

 

El reto es enorme, y no lo podemos superar con un modelo educativo basado en los valores y al servicio de un orden viejo. “No se puede meter el vino nuevo en odres viejos”. Ya sabemos que no podemos resolver los problemas desde el mismo nivel de consciencia desde donde los hemos creado. Este es el cambio de paradigma al que estamos llamados. Y no sólo los educadores, sino los padres, los jóvenes, los niños y toda la sociedad en su conjunto. Es un cambio de consciencia. Para transformar el mundo, nos tenemos que transformar nosotros primero.

Para ello hay que pasar del modelo actual, que pone la mayor atención en los contenidos, en lo que se aprende, a otro que ponga la mayor atención en preparar al ser que conoce. Esto es un modelo de educación centrado en el Ser. Este nuevo modelo educativo con toda seguridad nos hará más felices e integrados con la vida, sin dejar de estar en un contexto académico, centrado en la búsqueda y difusión de lo que llamamos “Verdad”.

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