by Diana
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EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA MUNDIAL
Hablamos de la Educación para la ciudadanía mundial… Hoy el hombre ha evolucionado, de un animal aislado que era, impulsado sólo por el instinto de la autoconservación, la comida y la procreación, pasando por las etapas de la vida familiar, la vida de tribu, la vida nacional, hasta llegar a un punto en que puede captar un ideal aún más amplio, la Humanidad Una.
Al hombre prehistórico le era imposible concebir una conciencia nacional, porque lo máximo que podía concebir era su propia familia y empezaba a tomar conciencia de su tribu.
Por tanto, la humanidad ha evolucionado lentamente siempre de una etapa de consciencia a otra, de una etapa de iluminación a otra con el paso de los miles de años. Aún está lejos la época en la que la humanidad piense en términos mundiales, pero el hecho de que podamos hablar de ello, de desear planearlo, es la garantía de que se conseguirá con el tiempo.
NUESTRA CIVILIZACION
Nuestra civilización ha producido, en el transcurso de los siglos, nuestro mundo moderno, el cual ha sido estrictamente materialista. El objetivo ha sido la comodidad física; las ciencias y las artes se han dedicado a la tarea de dar al ser humano un ambiente lo más confortable posible; todos los productos de la naturaleza han sido empleados para dar cosas a la humanidad – casas, posesiones, transporte, televisores, móviles, ordenadores, coches, comida de todo tipo, etc.
Y el objetivo de la educación en general, ha sido equipar a los niños y jóvenes para “ganarse la vida”, en acumular posesiones, vivir cómodamente y alcanzar el mayor éxito posible a nivel personal.
Esta educación en general, también ha sido principalmente competitiva, nacionalista y, por lo tanto, separativa. Ha entrenado al niño a considerar los valores materiales como de máxima importancia, a creer que su propia nación también lo es y las demás son menos importantes; ha nutrido su orgullo y fomentado la creencia de que él, su grupo, su nación, son superiores a otra gente y otros pueblos.
No se les ha enseñado el concepto de la ciudadanía mundial y tampoco se les ha enseñado la responsabilidad hacia sus semejantes.
Hablo en términos generales, pero nuestro nivel de vida civilizada es demasiado elevado desde el punto de vista de las posesiones materiales y demasiado bajo desde el ángulo de los valores éticos o espirituales.
Nuestros sistemas políticos, religiosos y educativos no han sido lo suficientemente sólidos para presentar la verdad que pudiera contrarrestar tal tendencia materialista. La tragedia consiste en que los niños de todo el mundo han pagado y están pagando el precio de nuestra actuación errónea.
Las guerras tienen sus raíces en la codicia; la ambición material ha sido el único móvil de todas las naciones sin excepción; todos nuestros planes tuvieron por objeto la organización de la vida nacional con el único fin de que predominaran las posesiones materiales, el espíritu de competencia y los intereses egoístas individuales y nacionales.
La humanidad tiene por hábito el egoísmo y un amor innato por las posesiones materiales.
Esto trajo la civilización moderna y por esta razón está siendo cambiada lentamente.
PERMAMECER AL DIA